domingo, 16 de septiembre de 2012

Oso pardo

Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Carnivora
Familia: Ursidae
Género: Ursus
Especie: Ursus arctos
Nombre común: Oso pardo
Estado de conservación (UICN): Preocupación menor (LC)










El oso pardo es una especie de mamífero omnívoro de la familia de los úrsidos propio de Eurasia y Norteamérica.


Descripción
Poseen una longevidad de 25 a 30 años, con un máximo conocido de 34 en estado silvestre y 47 en cautividad. Su longitud corporal varía entre 1.5 y 2.95 metros, dependiendo de la subespecie, y una altura en cruz de hasta 1.3 metros. El peso también varía desde los 100 hasta los 675 kilogramos. El color del pelaje es muy variable también de un individuo a otro, desde el marrón muy oscuro y el dorado claro, pasando por gamas de grises. Las crías suelen presentar un collar blanquecino más o menos amplio alrededor del cuello, marca que desaparece a partir de la primera muda al año de edad, aunque puede quedar algún resto en los adultos. El pelaje se renueva una vez al año en la época estival. El sentido de la vista no está muy desarrollado comparado con otros, pero sí pueden apreciar los colores durante la noche. A larga distancia reconocen formas pero no detalles, y detectan mejor animales u objetos en movimiento que inmóviles.

Son plantígrados. En algunas situaciones desfavorables pueden erguirse sobre sus patas traseras para aumentar su campo de visión. Su sentido del oído es extremadamente agudo y desarrollado, así como el olfato, que también es excelente, finísimo y; sin duda, su sentido más desarrollado y el que más le ayuda en su vida cotidiana. Gracias a él, pueden detectar a larga distancia muchas de sus fuentes de alimento y también el estado sexual de otros ejemplares durante la época de celo. Sus mandíbulas poseen cuatro caninos, puntiagudos y robustos como los de otros carnívoros. Sin embargo, la presencia de incisivos aptos para cortar hierba y tallos, y de molares amplios y aplanados capaces de triturar alimentos de origen vegetal, hacen que la dentadura de este animal esté perfectamente adaptada a un régimen omnívoro.


Hábitat y distribución

Es un habitante característico de los bosques maduros de Europa, Asia templada y América del Norte. En este vasto territorio aparece bajo cierto número de subespecies, que se diferencian unas de otras por la coloración y el tamaño, hasta el punto de que antiguamente se les consideraba como especies autónomas.

Está distribuido por amplias zonas de Europa, Asia templada y el norte de América, pero con una población desigual y fragmentada en pequeños núcleos.

Reproducción
Los oso alcanzan la madurez sexual entre los 3 y los 5 años, son polígamos y su celo tiene lugar entre Mayo y Julio. En las hembras, la cópula produce la ovulación inducida, lo que incrementa sus posibilidades de quedar preñadas. La implantación es diferida; es decir, el óvulo fecundado flota libremente en el útero y no se implanta hasta el otoño, sólo entonces comienza la verdadera gestación, que dura unos dos meses. En plena hibernación en el mes de Enero y en la seguridad de la osera, la hembra pare de una a tres crías, excepcionalmente cuatro, que pesan al nacer unos 350 gramos y alcanzan los 25 kilogramos al cumplir su primer año de vida. Viven con la madre aproximadamente un año y medio.

El intervalo entre dos partos es de, al menos, dos años.

Alimentación
Los osos son omnívoros. En primavera y otoño su alimentación es, sobre todo, vegetal, pero también aprecian las carroñas. Su alimento preferido son los panales de miel. Además, cazan pequeños vertebrados e insectos y, en el momento de remonte de los salmones de río, se hacen pescadores, concentrándose cerca de las orillas. Algunos individuos se especializan en la captura de grandes presas, sobre todo ciervos y algunos otros ungulados. Debido a su carácter superdepredador, los osos no tienen depredadores naturales, por lo que el hombre es su única amenaza.

Comportamiento
Los osos pasan el invierno en un estado de hibernación, utilizando la mayor parte del tiempo en prepararse para el letargo invernal, guardando en los tejidos adiposos un 75% de la energía obtenida en los alimentos. En las últimas comidas antes de la hibernación, ingiere hierbas y tierra junto a la comida para que se mezcle con la saliva, formando un bolo alimenticio que al llegar al intestino grueso colapse el orificio secretor e impida su salida. Gracias a ese tapón, los alimentos se van amontonando para que así, aparte de la grasa acumulada, también se puedan extraer nutrientes realizando la digestión de una forma más lenta. También utilizan tierra y hierba para acomodar sus madrigueras, en las que duermen con un sueño entrecortado, sin variaciones en su temperatura corporal. Cuando despierta, la obstrucción se expulsa sin problemas y es también en este periodo cuando las hembras paren y comienzan a criar a sus pequeños.

Las hembras suelen moverse por áreas de algunas decenas de kilómetros cuadrados que utilizan de forma intensa. Por el contrario, los machos tienen grandes áreas de campeo, que engloban las de varias hembras. Un macho adulto radiomarcado en el actual Parque Regional de Riaño (León) se movió durante cuatro años por una extensión de 2.447 kilómetros cuadrados. La calidad del hábitat tiene una notable influencia sobre la extensión del área de campeo. Los ejemplares que viven en los bosques boreales de coníferas, mucho menos productivos que los bosques caducifolios templados más típicos de España, tienen áreas de campeo mucho mayores.

Amenazas
A nivel general, se encuentra en una situación vulnerable con extensiones parciales en toda su distribución coincidiendo con las zonas más humanizadas con las subespecies en mayor riesgo de peligro de extinción.

Las amenazas a las que se enfrentan son variadas: cambio climático, destrucción de su hábitat, caza furtiva, caza accidental con lazos, aumento de la presión sobre el hábitat, etcétera.

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